De esas fotos que me hacen hay algunas que me gustan especialmente. Imágenes en las que me reconozco o en las que la gente que me conoce bien dice que me reconoce. No porque se me vea la cara y se vea quien soy, sino porque realmente se reconoce en ellas quién o cómo soy. Hace tiempo que pienso que un buen retrato no es aquel en el que alguien sale bien o mal, sino aquel en que la persona retratada se reconoce a sí misma y se siente cómoda al verse. Me gusta pensar que, de algún modo, estas fotos que me hacen y que me gustan son autorretratos que en lugar de hacerme yo me hacen otras personas...
Ésta es una de esas fotos. Me gusta mucho. La he usado muchas veces, por ejemplo aquí, cuando quiero presentar cosas (proyectos de talleres, webs, envíos de trabajo, currículums más o menos informales...) en las que haya una imagen mía que no quiero que sea una típica foto de carné. Me la hizo mi sobrino Óscar en 2007 durante unas vacaciones que compartimos en Lanzarote. Él tenía seis años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario